La novela narra la historia de Fernando y su crecimiento como ser humano en un mundo complejo y, a menudo, contradictorio, marcado por su familia, amigos y amantes.
Desde su adolescencia superficial, arropado por su madre, hasta su transformación, gracias a su encuentro con Verónica y Lorena en La Habana, en un hombre diferente, de mente abierta, insatisfecho con su entorno, que lo lleva a tomar la decisión de emigrar a los Estados Unidos. Primero, atravesando los campos minados de la base naval de Guantánamo, una experiencia dolorosa y fallida, luego a través de Costa Rica, siguiendo a Mónica, una mujer diferente a todas las que había conocido hasta entonces.
Su abuelo, Manuel, y su tía, la Chata, también marcan la vida de Fernando. Los tres son migrantes en diferentes épocas y contextos, comparten el mismo anhelo de encontrar un mundo mejor, pero también el dolor del desarraigo y el no retorno a su tierra.